
Levantarse con esa sensación de estar cansado y sin energía es algo que nos pasa a muchos, ¿verdad? ¡Incluso cuando hemos dormido las horas que se recomiendan! Y está claro que el día se nos va a hacer más cuesta arriba, ¿no te parece?
Esta sensación puede afectar nuestro rendimiento diario y nuestro estado de ánimo. ¡Nos deja como zombies! La clave del sueño de calidad es que mientras estás tirado en la cama, tu cuerpo recarga las pilas. Durante el sueño, tu cuerpo se recupera y se regeneran tanto la memoria como los músculos.
Está claro que una noche de sueño te ayudará a recuperarte de la jornada, pero no se trata sólo de que duermas, sino de que lo hagas correctamente: sin despertarte y evitando malas posturas que puedan ocasionar dolores y contracturas. Así que ya sabes, no se trata solo de dormir, sino de asegurarse un sueño reparador para estar al 💯.
¿Sabías que un sueño de calidad implica pasar por todas las etapas y fases del ciclo del sueño? Durante una de esas fases, la REM (movimiento rápido de los ojos), es cuando soñamos y tanto el cuerpo como el cerebro se recargan de energía.
¿Qué se necesita para tener un sueño reparador y no levantarte cansado?
Aquí va la versión corta: la clave está en completar los ciclos del sueño. Cada ciclo consta de cuatro fases en las que tu cuerpo se relaja a fondo. Para un buen descanso, necesitas pasar entre 4 y 6 ciclos cada noche, que son de 90 a 110 minutos por ciclo aproximadamente. El problema es que si se interrumpe el sueño en una de esas fases, ¡toca volver a empezar desde cero! Y cuando eso pasa, al final de la noche, no habrás descansado lo suficiente.
Ojo, pueden arruinar tu sueño factores como el ruido, la iluminación, el exceso de frío o calor y, sobre todo: el colchón.
Si el colchón que usas no te hace sentir del todo cómodo, desde Plus+Salute podemos ayudarte.
Un indicio fiable de que tu colchón no es el adecuado es despertarse con dolor y que este se alivie rápidamente al moverte. En este sentido, es conviene recordar que, según los expertos en descanso, los colchones tienen un período de vida limitado, aproximadamente diez años. Después de este tiempo, aunque aparenten estar en buen estado, es probable que hayan perdido su firmeza inicial y no mantengan la higiene óptima. Este deterioro puede manifestarse en sensaciones de fatiga al despertar y en la intensificación de dolores musculares con el paso de los años.
¡Cambiar tu colchón por uno nuevo puede reducir hasta un 63 % los dolores de espalda!
Alrededor de un tercio de nuestra vida la pasamos durmiendo. Es un tiempo considerable, ¿verdad? Considerando esto, ¿no crees que vale la pena invertir en un colchón de calidad que garantice tu descanso? Es evidente que nuestra salud y bienestar están directamente relacionados con la calidad de nuestro sueño. Entonces, ¿por qué no asegurarnos de que nuestro tiempo en la cama sea lo más cómodo y reparador posible? Es una inversión en bienestar a largo plazo.
La importancia de dormir bien
Qué duda cabe de que dormir refuerza el sistema inmunitario del organismo. Durante el sueño el cerebro elimina las toxinas que acumulamos a lo largo del día. Esto ayuda a la prevención de enfermedades como el alzheimer, la diabetes, la depresión, la obesidad y otras relacionadas con el sistema cardiovascular.
Según una encuesta en España, el 60 % de las personas cree que su colchón es el factor principal que afecta a su falta de sueño o descanso, sólo por detrás del estrés y el calor. Además, hasta un 32 % reconoce que se levanta cansado y con molestias cada mañana.
Además, si quieres dormir profundamente y tener un descanso satisfactorio, aparte de elegir el colchón adecuado, debes prestar atención a tu postura al dormir. Corregir ciertas posturas te puede proporcionar un mejor descanso, evitando molestias y dolores. En este aspecto, los expertos en terapia del sueño insisten en la importancia de mantener una posición adecuada al dormir, lo que denominan «ergonomía del sueño». Una buena postura al dormir depende también de la calidad de la superficie donde dormimos.
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La importancia de dormir en una buena postura

Muchas veces te has preguntado «por qué me levanto cansado» y hay molestias sutiles que pueden hacer que te despiertes a lo largo de la noche y al día siguiente lo notes. Por ejemplo, si tu colchón no te da la firmeza adecuada (demasiado duro o muy blando), podrías despertarte con dolores en los hombros o las caderas, si duermes de lado; dolor en la parte baja de la espalda, si prefieres dormir boca arriba; y hasta molestias en los talones si pasas mucho tiempo boca arriba.
Dormir en una mala postura causa interrupciones en el sueño, afectando negativamente el descanso y provocando fatiga y falta de vitalidad al día siguiente. De hecho, una mala posición durante el sueño puede provocar problemas de salud si se mantiene en el tiempo. De hecho, una postura anormal del cuello o de la espalda puede hacer que te levantes con dolor cervical o lumbar. La falta de sueño afecta, en cualquier caso, tanto a la salud física como emocional.
Ciertas posiciones pueden ayudarte a mejorar o evitar problemas de salud. Por ello, conocer las posturas habituales para dormir y entender sus ventajas y desventajas, va a ayudarte a escoger la que mejor se adapte a tus necesidades. Si quieres mejorar tu descanso y evitar dolores molestos, es hora de que prestes atención a cómo te echas en la cama.
7 hábitos para no levantarte cansado y descansar mejor
¿Te cuesta conciliar el sueño por las noches? ¿Sientes que no descansas lo suficiente? No estás solo. Muchas personas luchan con problemas de sueño, pero hay buenas noticias: con algunos cambios simples en tus hábitos diarios, puedes mejorar significativamente la calidad de tu descanso. En este apartado, abordamos tres hábitos fundamentales que te benificiarán a dormir mejor. Vamos a ello.
Trata de mantener un horario fijo para dormir
Irte a la cama y levantarte a la misma hora todos los días ayuda a que tu cuerpo se acostumbre y te asegura un sueño de calidad.
Elimina la cafeína al menos 5 horas antes de dormir
Tu cuerpo necesita tiempo para procesarla, así que intenta no tomar café o té por la tarde para no interferir con tu descanso.
Nada de dispositivos electrónicos antes de dormir
Ver tu serie favorita o estar pegado al móvil justo antes de acostarte puede arruinar tu sueño. La luz que emiten las pantallas dificulta la producción de melatonina, esa hormona que te ayuda a dormir. Te recomendamos apagar estos dispositivos al menos una hora antes de acostarte.
Crea un ambiente de descanso acogedor
Tu dormitorio debe ser un búnker para el descanso. Procura mantenerlo oscuro y a una temperatura agradable de entre 18 y 22º C, con la humedad adecuada para respirar bien. Un humidificador puede ayudar si el ambiente está muy seco.
Mantén una alimentación equilibrada
Evita las comidas pesadas y opta por alimentos saludables para mejorar tu descanso. Reduce la cafeína y el alcohol, que pueden arruinar tu sueño.
Haz ejercicio regularmente
Mantener una actividad física moderada durante el día puede mejorar tu calidad de sueño. Pero evita hacer ejercicio justo antes de dormir, ¡que te pondrá más activo en lugar de relajarte!
Controla tus niveles de estrés.
Practicar técnicas como la meditación o la respiración profunda puede relajarte antes de ir a la cama y garantizarte un sueño más reparador.
Otros factores que provocan que te levantes cansado

Además del colchón en el que duermes, no cabe duda de que hay otras razones de peso por las que te despiertas cansado. El estilo de vida es uno de los factores fundamentales a tener en cuenta para evitar el cansancio. Asimismo, la actividad diaria tiene un gran impacto en el momento de conciliar el sueño. Enumeramos algunas otras razones a continuación.
- Estrés. Cuando estamos estresados, nuestros niveles de adrenalina y cortisol se disparan, afectando nuestra calidad de sueño.
- Anemia. La falta de glóbulos rojos puede provocar problemas de respiración y afectar nuestra energía al despertar.
- Pérdida de sangre. Ya sea por razones ginecológicas o una mala alimentación, la pérdida de sangre puede alterar la producción de hemoglobina y causar cansancio.
- Deficiencias nutricionales. Si no obtenemos suficiente vitamina B12 o tiamina, podemos sentirnos fatigados. Por ejemplo, el arroz integral es una buena fuente de vitamina B1.
- Astenia estacional. En primavera y otoño, es común sentir debilidad física y mental debido a cambios en nuestros biorritmos.
- Fatiga crónica. Aunque no se conocen bien sus causas, puede estar relacionada con la inflamación del sistema nervioso.



